Pasamos unos tres días en La Quiaca, yendo
y viniendo de Villazón, ya que con sólo cruzar el puente pasas a Bolivia. La
gente va y viene como si nada, sin presentar papeles, documentación, pasaporte,
llevan y traen bolsones de ropa y otras mercaderías.
Luego partimos de La Quiaca pero esta vez
presentando nuestra documentación para que quede asentado que cruzamos a
Bolivia. Luego de varias vueltas por Villazón, recién a la tarde comenzamos a
pedalear con la idea de frenar en el primer pueblo que encontremos. Al llegar
pedimos alojamiento en la escuelita pero no nos pudieron dar, nos dieron un
plato de comidas. Al parecer el próximo pueblo también estaba cerca. Seguimos
pedaleando. Llegamos al próximo pueblo a eso de las 15:00hs. Allí acampamos
entre la iglesia (cerrada) y una casa.
Los pequeños pueblos de Bolivia tienen, en
su mayoría, las casas de adobe y techos de barro y paja y no todos tienen gas, se cocina a leña. En
todos se consigue pan casero muy rico y barato.
Al otro día seguimos pedaleando por una
ruta asfaltada muy buena. El paisaje que se ve es muy árido y de montañas, y
cada 10km más o menos hay un pueblito. No se si será la altura, las montañas,
el viento en contra o qué, pero pedaleamos 55km y terminamos destrozados.
Acampamos en la plaza de otro pueblito que no recordamos el nombre.
Ya si, descansados, pedaleamos hasta
Tupiza, primera ciudad boliviana que conocimos, con sus grandes ferias y
mercados en las que la gente vende en sus puestitos frutas, verduras, carnes y
pollos (sin heladeras), golosinas, ropas, y todo lo que se le ocurra al lector.
Cuando descansábamos en la plaza, se acercó un hombre a conversar sobre el
viaje. Marius resultó ser un sacerdote polaco, aficionado por el ciclo turismo
y la aventura. Recorrió gran parte de Europa en su bicicleta. Ex militar, que
luego de pertenecer al ejército de los cascos azules se ordenó de sacerdote y
fue a misionar a la selva boliviana, a las comunidades del río Beni, donde
dirigió y trabajó en la construcción de un barco: Esperanza. Mario (en latín)
nos llevó a la parroquia y nos prestó un salón para pernoctar. En la tarde
fuimos a una misa que dio en una iglesia barrial.
A la otra mañana fuimos temprano a la
estación de tren a sacar boletos a Uyuni, ya que el camino es bastante feo, en
subida, y el tren es muy barato. Pasamos la tarde conociendo Tupiza y ayudamos
a Mario a armar su bici, que la tenía embalada y quería recomenzar a pedalear.
A la tardesita fuimos a la estación y subimos al tren. Los asientos son de a tres con otro enfrentado
de a dos, bastantes apretados. La gente carga y descarga equipajes, bolsos,
botellas y demás cosas por las ventanillas en cada parada. El primer trayecto
fuimos apretados, ayudando a descargar cosas por las ventanillas, y tocando la
guitarra. Después el vagón prácticamente se vació asique a Uyuni llegamos
durmiendo. Una vez en la estación (una y
media de la mañana y un frío de cagarse), y sin tener donde dormir, pasamos la
noche encerrados en la estación, por que cerraron las puertas y las abrieron
recién a las ocho de la mañana.
Libres, tomamos unos mates, conocimos Uyuni
y fuimos a conocer el cementerio de trenes donde llegaron los primeros trenes a
Latinoamérica. A la tarde comenzamos a pedalear para conocer el salar de Uyuni
(el más grande del mundo). El camino de tierra totalmente destruido. Llegamos a
un pueblo a 5km del salar donde nos prestaron un salón en la escuela. Nos
instalamos y a las 20:00hs fuimos a ver una presentación de los alumnos en la
que cantaban, bailaban danzas típicas bolivianas, y actuaban en obras muy
graciosas.
Pedaleamos los 5km que nos separaban del
salar. A la entrada hay un monolito en el que hay varios nombres de
desaparecidos en el salar: si te metes bien adentro no se ven las montañas,
solo se ve blanco y solamente blanco por donde mires, y hay partes en el que
caminas y se rompe el piso cayéndote al agua. Pero al ser todo blanco no hay
nada que de una idea e las dimensiones, entonces se pueden sacar algunas fotos
graciosas.
A la tarde seguimos pedaleando para el
próximo pueblo. El camino estaba muy destruido asique no pudimos llegar.
Cruzamos varios animales salvajes como llamas y otros bichos que no sabemos sus
nombres. Se nos hizo la noche y tuvimos que acampar en el medio de la nada.
Al otro día pedaleamos lo que nos faltaba
para llegar al pueblito. Allí almorzamos unas galletas (lo único que había en
el único almacencito del pueblo) y preguntamos a cuanto estaba el siguiente
pueblo:
-
¿Sabe a cuánto queda el próximo
pueblo señora? – delirantesxahí.
-
Si a unas tres horas en auto – señora.
-
Pero ¿cuántos kilómetros hay? –
delirantesxahí.
-
Unos 60km – señora.
Saquen sus conclusiones, las nuestras
fueron que había que hacer dedo para llegar al próximo pueblo. Pasamos la tarde
leyendo hasta que luego de unas tres horas nos levantó una camioneta y nos
llevó hasta Sevaruyo. El camino estaba jodido en serio, cruzamos varios arroyos
(en uno el agua paso por arriba del capot de la camioneta) y también se
cruzaban varios animales. Una vez en el pueblo nos alojamos en una pensión, sin
baño, “pueden hacer pipí ahícito nomás y cocó tienen que ir al río” dijo la
señora.
Frontera Argentina - Bolivia
Entre el quilombo
Puente del ferrocarril
Cocinando a fuego lento
Acampando entre la iglesia y una casa (pueblo de Sajnasti)
Pueblo boliviano
Mirador de la ruta
Tunel construìdo en la montaña
En el tunel con paredes de piedra
Capilla barrial en antiguas construcciones de un ingenio, misa de Mario
Con Mario, sacerdote polaco
Mario en la construcciòn de su barco con el que luego recorrería las comunidades a orillas del Beni
Esperanza: ya navegando
Calle de Tupiza
Comedores en las calles de Tupiza, fuera de la estación de tren
Durmiendo en la estación de Uyuni
La mañana: el agua de la fuente totalmente sólida
Uyuni

Camino al salar de Uyuni
Actuación de los alumnos
Salar de Uyuni
Otra muestra del frìo en las noches: olvidamos la cantimplora con agua fuera de la carpa, el agua se congeló y rompió el aluminio.























Muchachos queridos !!, q fotos q han sacado, muy exelentes. Un abrazo a ambos..me voy a hacer cocó al rio.
ResponderEliminarHola, chicos....
ResponderEliminarRetomo mi aventura tecnológica para enviarles un mensaje. Hola Santi y Lucas...cómo andan??? en La Paz según me contaron... Lamento el frío, que se nota a través de las fotos. jajaja... Los felicito por los textos excelentes de los relatos y las fotos que son buenísimas... muy lindas las fotos de los paisajes y muy creativas las del salar. Qué sigan pedaleando tan bien como hasta ahora. Besos y un abrazo... Los recordamos todos los días y compartimos las noticias. Este recorrido realmente es para cantar "Canción con todos". la dire Antonia.
ResponderEliminarlas fotos estan barbaras chicos les mando un beso gigante
ResponderEliminarchicos las fotos estan buenisimas me alegro de verlos bien y espero mas fotos besos de parte mia y de jorge
ResponderEliminarNo se si recuerdan ... hoy almorzamos juntos ... INCREIBLEMEMTE DELIRANTE lo de ustedes !!! Ja ja ja muuuuyyy buuenooo !!! Saludos de INGRID, KARY, LISA y yo PAME !!!!!
ResponderEliminarHay cosas que no se cuentan ehhhh !!! Ja ja
ResponderEliminarHOLA MIS LOCOS LINDOS!!! BUENISIMO VERLOS TAN FELICES DISFRUTANDO DE SUS DELIRANTES LOCURAS...LES CUENTO QUE SIGUEN PRESENTE EN NUESTRAS ORACIONES PARA QUE LA VIRGEN LOS SIGA ACOMPAÑANDO....BESOS GIGANTES A AMBOS....TIA SU
ResponderEliminarHOLAAAA LUCAS Y SANTI..!!! ME ALEGRO MUCHO QUE LA ESTAN PASANDO FANTASTICO... QUE LUGARES, MOMENTOS Y FOTOS...!!! BELLISIMAS...!!! QUE EXPERIENCIA DE VIDA...!! MUCHAS BENDICIONES Y FELICITACIONES .... SIGAN DISFRUTANDO CADA INSTANTE...!! A LA VUELTA... LOS ESPERAMOSSSS...!!! LOS KEREMOSSS UN MONTONAZOOOO...!! BESOS Y ABRAZO GIGANTE DELAS CUATRO, MELI, VALE, NOE, Y YO TIA VIVI... BESISSSSSS...
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